Normativa simple y clara: Facilitar los procedimientos y la regulación para donantes y donatarios

Actualmente, en Chile existen más de 52 cuerpos legislativos que regulan las donaciones privadas a bienes sociales. La dispersión del marco regulatorio en esta materia genera un alto costo procedimental tanto a donantes y donatarios, que deben “navegar” en la legislación, con un alto costo de información, muchas veces con la concurrencia de servicios profesionales (legales, contables) para tal efecto, lo que genera un trato discriminatorio en la participación en el sistema entre quienes pueden contar con esos servicios y quienes no tienen acceso a ellos.

Cabe recordar también que, a partir de la entrada en vigencia del Código Civil (siglo XIX), la legislación estableció una serie de cargas a las donaciones, entre ellas, el trámite judicial de insinuación de donaciones ante un juez civil, que debe autorizar las donaciones.

Estas cargas procedimentales y dispersión legislativa tienen consecuencias para el desarrollo de la filantropía en el país. En las Propuestas para modernizar el sistema de donaciones en Chile, de la Mesa de Trabajo convocada por el CEFIS UAI (2018), se afirma que las cargas procedimentales son excesivas y su vigencia no parce razonable a la realidad actual. Asimismo, se plantea que la dispersión legislativa que genera consecuencias discriminatorias, excluyentes y de incertidumbre respecto de los efectos de una donación, tanto para donantes como para donatarios.

Efectos de la dispersión legislativa

En las Propuestas para modernizar el sistema de donaciones en Chile, de la Mesa de Trabajo convocada por el CEFIS UAI (2018), se manifiesta la necesidad de que el sistema otorgue claridad de la reglamentación asociada a la donación. “Las consecuencias de una donación deben ser simples para donante y donatario, de forma tal que se puedan administrar sin el surgimiento de efectos colaterales no previsibles o sujetos a interpretaciones que generen tratos diferenciados ex post”.

Para ello, plantea el informe, se debe tener como principio lograr la integración de distintos participantes y diversos ámbitos, simplificando sus mecanismos de implementación.

Para efectos de simplicidad, se propone como mejor posibilidad un sistema único, que se encuentre reglamentado en un único cuerpo legal, de forma de evitar la dispersión, arbitraje, traslape y dificultades actuales. «La implementación de un régimen de donaciones único tanto para donantes como para donatarios de la sociedad civil subsanaría y eliminaría las barreras de entrada que se generan debido a la multiplicidad de cuerpos legales y dictámenes administrativos dispersos, diversos, traslapados, que son, en la práctica, de muy difícil manejo para quienes no cuentan con acceso a asesorías especializadas (legal y contable) sobre la materia».

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