Por Magdalena Aninat, directora CEFIS UAI
En 2015, la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez abrió el nuevo Centro de Filantropía e Inversiones Sociales con el propósito de promover una cultura de aportes privados a bienes públicos. Buscamos de esta manera potenciar el rol de la sociedad civil en el bienestar social, y cumplimos nuestro propósito aportando conocimiento sobre y para el sector, pues creemos que el conocimiento de un sector constituye un elemento necesario para su desarrollo.
El sector filantrópico en Chile está en proceso de transformación y desarrollo, alentado por la emergencia de nuevos canales y modelos de inversión social junto con el crecimiento económico de las últimas décadas. Aunque el aporte de las donaciones al PIB sigue girando en torno al 0,12% en Chile —cifra significativamente menor que la realidad de países anglosajones liderados por Estados Unidos con el 2% del PIB—, existen datos que identifican un aumento tanto del monto de las donaciones como del número de donantes. Aun así, a nivel local, el ámbito de los aportes privados ha sido poco considerado desde el campo de la investigación, generando no solo un vacío de conocimiento en términos académicos, sino también en términos de práctica y docencia.
Un eje importante de nuestro aporte de conocimiento ha sido el desarrollo de investigaciones y su difusión y análisis, para permitir que no solo se realice más filantropía, sino que ella sea más valorada y relevante al desarrollo social. En este sentido, el Mapeo de Filantropía e Inversiones Sociales, serie de cuatro estudios desarrollado por el CEFIS UAI entre 2016 y 2017 ha permitido caracterizar la visión y práctica de los distintos tipos de donantes activos en Chile: aportes sociales de empresas, inversionistas de impacto, aportes sociales ciudadanos y fundaciones filantrópicas (este último en colaboración con investigadores de la Universidad de Harvard para el Global Philanthropy Report). Junto con esta caracterización, esta serie de estudios unido al trabajo permanente que realizamos entregando herramientas y capacidades a quienes lideran iniciativas filantrópicas, nos ha permitido identificar desafíos relevantes en los distintos tipos de donantes en Chile.
Con el fin de generar un espacio de reflexión y difusión de la filantropía e inversiones sociales en Chile y a nivel comparado, hemos desarrollado el Boletín CEFIS UAI. Buscamos en este espacio compartir una mirada reflexiva de los desafíos, tendencias y modelos de desarrollo que son necesarios para fortalecer los aportes privados a bienes públicos, en sus distintas formas.
Esta primera edición se centra en los desafíos que enfrenta el desarrollo de dos tipos de donantes: las fundaciones filantrópicas y la filantropía ciudadana. Ambas cumplen un rol especialmente significativo en el ecosistema de las donaciones. Las fundaciones que canalizan la denominada filantropía institucional tienen la capacidad de aportar “capital paciente”, esto es, recursos articulados con una visión de largo plazo, la capacidad de generar redes de colaboración y de asumir innovación o incluso riesgo en los modelos de intervención para hacer frente a desafíos sociales y/o medioambientales complejos. Por su parte, la filantropía que practican los ciudadanos tiene la capacidad de articular aportes colectivos de forma dinámica, libre de trabas institucionales o expectativas externas, e integrar redes de socios especialmente significativas para proyectar la labor de las organizaciones sociales. Ambos actores dan indicios de un crecimiento en el último tiempo: el número de fundaciones aumenta y existen organizaciones que cuentan con redes de socios que aportan hasta el 40% de su presupuesto.
Como primer centro académico dedicado a los aportes sociales privados, creemos que el conocimiento nos permitirá identificar barreras de crecimiento, comparar realidades locales con internacionales, definir puntos de origen y proyectar su trayectoria hacia el futuro. Consideramos entonces necesario proponer una reflexión informada sobre los desafíos enfrenta la filantropía institucional y la filantropía ciudadana para que no solo crezcan en número, sino también en relevancia. Con ello se logrará una participación significativa de la sociedad civil en el bienestar social.